Mi saludo es metafórico. No crea que le digo a usted que es un periodista como otro cualquiera, dado el coeficiente intelectual que lleva arrasando estos últimos años desde que le ponen un papel delante.
Pues bien, visto el último articulo referente a "las endorfinas" a la que Ud. titula, permítame lo siguiente:
Soy corredor habitual, llevo desde 1994 corriendo y me encuentro su articulo en el que por activa o por pasiva, me acusa de imbécil. Dado que usted no comparte tal afición, déjeme a mi practicarlo tranquilo. Yo me encuentro muy bien corriendo, me genera salud. Los médicos aconsejan siempre ejercicio regular a sus pacientes, cosa que usted contradice en su articulo. El atletismo es un deporte que me llena mucho y hoy día se considera un fenómeno de masas, y por algo será, ¿no?
Además, los que practicamos deporte como este tenemos el 100% de posibilidades de expresarnos correctamente la realidad de las cosas. De esa que usted ahora mismo carece.
El colectivo de corredores se enfrentan a diario con multitud de problemas ajenos. Somos personas que disponemos de una vida cotidiana como la suya. Si nos gusta correr, es por eso: nos gusta, y punto. Antes soy corredor toda la vida y dejando a los demás que disfruten de lo suyo en silencio, que no dejar de serlo y dedicar minutos en asignar insultos a gente desconocida.
Ahora bien, le aconsejo que algún dia dediquese a correr, porque el dia menos pensado lo necesitaría no solo para sentirse bien, sino para evitar que unos cuantos locos -con o sin causa- intenten atraparle. Y de paso, rece también para que eso no ocurra.
Amigo Cándido. Me gustaría poder leer lo que escribió ese tal Salvador Sostres.
ResponderEliminarhttp://www.elmundo.es/blogs/elmundo/guantanamo/2015/02/16/las-endorfinas.html
ResponderEliminarDios...acabo de leer el articulo del escritor y ALUCINO. Muy bien Cándido por tu carta abierta.
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